La población global está envejeciendo y la proporción de personas mayores está aumentando en casi todos los países del mundo. El informe “Trabajadores mayores: entendiendo sus necesidades y desafíos”, del que participó la consultoría de Recusos Humanos Adecco, expone una orientación sobre las necesidades de este sector. Para el 2030, la cifra de personas mayores de 65 años alcanzará los 1.200 millones a nivel mundial.
Los cambios demográficos deben interpretarse en el contexto de algunas tendencias globales importantes, como la rápida automatización y digitalización de los procesos y la transición hacia economías sustentables, en el marco de los sucesos geopolíticos y las crecientes preocupaciones climáticas. Estas dinámicas hacen que los trabajadores mayores sean más vulnerables y estén menos preparados para adaptarse a los nuevos desafíos.
Sesgo productivo
La falta de datos y la complejidad de cuantificar el desempeño individual pueden generar percepciones erróneas sobre las capacidades y el potencial de los trabajadores mayores. Así surgen sesgos, estereotipos y prejuicios. Los trabajadores mayores sufren menos accidentes ya que tienen más experiencia, derribando el mito de que es más riesgoso contratarlos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) descubrió que una empresa con un 10% de empleados de más de 50 años es un 1,1% más productiva.
Sin embargo, los datos correspondientes a la sensación en las redes sociales sugieren que el edadismo puede ser específico de algunas industrias. Por ejemplo, en el sector de la salud, la edad avanzada se percibe de manera positiva ya que se la asocia con más experiencia, habilidades, confianza y empatía. Por otra parte, en el caso de sistemas, las percepciones relevadas por ChatGPT muestran que la edad percibida como óptima para el sector es significativamente más baja que para otros, lo que indica que posiblemente haya más estereotipos.
Falta de datos
Sería útil poder conocer el número y los perfiles de los trabajadores cuya edad está por encima de la edad jubilatoria y que están buscando trabajo de forma activa con dificultades en el proceso.
Las estadísticas que miden las tasas de empleo y desempleo usan en general un rango de 16 a 64 años. Este estándar mundial resulta anticuado ya que cada vez más personas trabajan incluso hasta principios de los 70, muchas veces en trabajos informales que no se reflejan en estadísticas oficiales.
“Desjubilación”
Los datos muestran que es más probable que los hombres vuelvan full-time después de la jubilación, y las mujeres a tiempo parcial. El estado civil también influye en la decisión: las mujeres divorciadas o separadas vuelven a trabajar tras jubilarse más que las mujeres casadas. La falta de datos hace que sea difícil identificar los desafíos que atraviesan cuando buscan empleo. Un mayor conocimiento sobre las causas de la desjubilación, especialmente en quienes tienen dificultades para volver a trabajar por motivos económicos, puede servir para identificar dónde intervenir para lograr un mayor impacto.
Trabajo y jubilación
Ya no es tan preciso decir que los trabajadores de oficina tienden a permanecer en la fuerza laboral por más tiempo que los trabajadores manuales. Las personas que tienen trabajos creativos o que hacen por placer, y/o aquellos que no son exigentes a nivel físico, permanecen en la fuerza laboral más tiempo. En el segmento +66, se está volviendo más común cambiar de un trabajo calificado a uno menos calificado. Trabajar de forma autónoma es un modo frecuente de permanecer o reincorporarse al mercado laboral.
La razón principal por la que las personas mayores dejan sus trabajos antes de la edad jubilatoria es el deterioro de la salud. Entre los 50 y los 69 años, el 49% de los adultos informan tener problemas persistentes de salud..
Desigualdad
La disminución de la esperanza de vida con salud afecta a todos los trabajadores de todo tipo, pero los trabajadores mayores con ocupaciones que son físicamente demandantes son los más perjudicados.
En los países con una gran proporción de economía informal, como Argentina, donde las personas trabajan, pero no tienen un salario o beneficios garantizados, las desigualdades en base a la edad se amplifican aún más. De todos los grupos etarios, las personas de más de 65 son las que presentan un mayor porcentaje de empleo informal. A nivel global, el 78% de los empleados de 65 años o más trabaja de manera informal. El 89% de estos casos se da en países con ingresos bajos o medios, duplicando la cifra de los países con altos ingresos.
“Espacios en blanco”
El aumento de la población de trabajadores mayores implica un momento crucial para crear un entorno inclusivo y de apoyo para que sigan participando de la fuerza laboral y conserven su medio de vida y bienestar. Con más información acerca de los cinco “espacios en blanco” (productividad, falta de datos, desjubilación, cambios y desigualdad), se podrá crear, testear y así brindarles el entorno que necesitan con soluciones viables.